Caballo de Troya 0.

Creo que todos saben la historia del Caballo de Troya, muchos menos saben que en realidad hubieron dos de éstos; y algunos de ustedes conocen que también están los troyanos, en informática; que son programas que aparentan ser una cosa y son otra muy diferente.

Como parte de una investigación, queríamos expandir nuestra data sobre cierto personaje que consideramos que está influyendo negativamente en 'las masas' al hacer comentarios imparciales criticando a ciertos países; difiriendo de nuestros intereses(Ésto es todo lo que puedo decir sobre ésta persona).
Ésta persona sin embargo es sumamente paranoica, por lo que es imposible acceder a su casa de forma de poner micrófonos ni ningún tipo de artilugio; además de tenerla bajo protección cuando parte. El celular lo cambia frecuentemente, y estamos convencidos que tiene una segunda línea que no logramos conseguir de forma que sea difícil de interceptar.
Sin embargo, ésta persona curiosamente tenía una hija de mi edad.
Una de nuestras herramientas más comunes, es la denominada 'roving bug' (algo así como pinchazo móvil) que indicando el número de celular, a cualquiera se le puede 'activar' un micrófono (el auricular del móvil) que transmitirá información a quien lo haya activado; lo genial es que el portador del celular interferido nunca tendrá idea de lo que está ocurriendo, ya que mientras el celular esté encendido, todo lo que se está diciendo pasa a estar siendo grabado.
Al desconocer el móvil que a su vez cambia seguido ésta persona, decidimos obtener el de la hija; y que mejor manera que pedírselo, no?
Claro que no todo era tan fácil. Si ella usara facebook, o al menos MSN; todo sería más sencillo, ya que tenemos acceso a la cuenta personal de cualquier persona como si introducieramos la contraseña de ésta; pudiendo ver todo tipo de información privada.

El plan era básicamente que el señor F., debía ir al mismo boliche que la susodicha; y usar todos sus encantos para obtener el número de móvil. Ahí utilizaríamos el 'roving bug' para convertir el celular en un micrófono, y ahí podríamos escuchar algunas cosas. Para complicarla aún más, las mujeres generalmente llevan el móvil en una cartera, lo que genera muchos roces y cosas que imposibilitan la escucha; por lo que debíamos predecir cuándo estaba hablando, o próxima a nuestro 'objetivo' para ahí mandarle un tierno mensaje, que ella además contestaría dejando el celular a mano (y al descubierto) pronto para recibir el próximo mensaje.

Ya planteando el plan a Atenea, me preguntan cuáles son las chances de que el plan sea exitoso; y le respondí que eran las mismas que las mías de obtener el celular. Al haber dos opciones (Sí y No), consideré estar en un 50-50. Conseguir el celular de cualquier chica no es pan comido, seamos humildes. Sabía que aunque mis chances en verdad eran mayores de conseguirlo, además que la mencionada criatura no tenía demasiadas virtudes que uno pudiera considerar atractivas, de hecho tenía bastantes kilitos de más (contrario a mi 'target' que son siempre flaquitas); Atenea, al considerar aceptable el plan me recomendó conocer a "Casanova".

6 comentarios:

Reina dijo...

A todos les gustan las flaquitas... qué novedad...!!!
Che... esa tecnología existe realmente....?

Capicua dijo...

Tenés toda la razón con eso de las chicas simples y condicionadas.
Ponele que las simples serian las "Katie girls" y las condicionadas las "simple girls"
Igual todo esto era por una película de los años 70 de Robert Redford Y Barbra Streisand "The way we where"
Saludos

Miranda dijo...

Digo que es un bajón tener un target...la mente condiciona a los sentimientos.

Un saludo, Efe.

Pepa dijo...

Coincido con lo que dijo Miranda.

F. dijo...

Somos todos prostitutos en mayor o menor medida, creo yo.

Mecha dijo...

La mente SIEMPRE condiciona los sentimientos, aún cuando no tenés un "target".
Te condiciona lo que pensás, cómo creciste, lo que te pasó antes, lo que dejaste ir, lo que no querés olvidarte...


De ahí que la posibilidad de conseguir un número de teléfono sea un 50-50, no creo que sea muy cierto... no creo que aplique el gato de Schrödinger acá.
Al menos no a esta altura del relato.